martes, 15 de junio de 2010

Mediciación pedagógica

En la actualidad la sociedad se caracteriza por la tecnología de la información y la comunicación, que si bien no es un boom de magia, viene a mejorar y propagar los conocimiento y facilitar la comprensión de los mismo, la función del docente es tomar las herramientas necesarias de la tecnología, facilitarla a los estudiantes, mediar los conocimientos, ayudarlos a construir los significados de su saber (promover la interacción de los factores, para que juntos, logren la comprensión). La transmisión de la información y comunicación son principalmente a través de la informática, internet y telecomunicaciones, herramientas que utilizamos para lograr objetivos educativos, sin embargo si no sabemos encausarlas solo conducen a la frustración, la ansiedad o al estres, creando un círculo vicioso que por desgracia transmitimos a nuestros hijos y alumnos, quizás, uno de los motivos por los que esto sucede tiene que ver con la poca atención que tanto padres como educadores prestan a la dimensión emocional de los niños, dimensión que debe ser educada para que las emociones y los sentimientos que tan importantes son en nuestra vida, se conviertan en aliados y no en enemigos. Es por ello que es tan importante generar un buen clima emocional y afectivo entre las partes, profesor-alumno-aula, para lograr buenos resultados en la enseñanza- aprendizaje. (La disposición emocional del alumno determina su habilidad para aprender). Creo que la función que tiene la educación en su globalidad: es la realización de la persona, que todo entero debe de aprender a ser.
Cuatro pilares de la educación, en los que se hace clara referencia al mundo emocional:
1. Aprender a conocer, lo que equivale a dominar los instrumentos del conocimiento. Pero asegura que los métodos que deben ser utilizados para conocer deben favorecer el placer de comprender y descubrir, es decir, factores emocionales unidos al aprendizaje que lo potencian y lo hacen estimulante.
2. Aprender a hacer, lo que implica adquirir una formación para poder desempeñar un trabajo y a la vez una serie de competencias personales, como trabajar en grupo, tomar decisiones, crear sinergias, etc. Estas son competencias que forman parte de la I.E. (inteligencia emocional) .
3. Aprender a convivir y trabajar en proyectos comunes. Este es uno de los retos para este siglo, donde la convivencia entre personas diferentes nos obliga a descubrir lo que tenemos en común y a comprender que todos somos interdependientes. Pero para descubrir al otro antes tenemos que descubrirnos a nosotros mismos. Otra vez el informe hace referencia a competencias propias de la inteligencia emocional, como el autoconocimiento, la empatía y la destreza social.
4. Aprender a ser, refiriéndose al desarrollo total y máximo posible de cada persona, a su proceso de autorrealización. El informe destaca asimismo el papel de las emociones haciendo hincapié en la necesidad de educar la dimensión emocional del ser humano junto a su dimensión cognitiva, tarea en la que se ha centrado tradicionalmente el entorno educativo. Es preciso reconocer, que todos tenemos dos mentes: una que piensa y otra que siente, pero ¿acaso razón y emoción se oponen? Ahora sabemos que no, que son dos formas fundamentales de conocimiento que interactúan para construir nuestra vida mental.

Para finalizar, un docente tiene que desarrollar y utilizar su creatividad para facilitar el proceso enseñanza – aprendizaje, utilizando herramientas como las tic’s, buscando siempre generar un buen clima emocional y afectivo, ser un buen mediador y un buen comunicador y no menos importante ser facilitadores y problematizadores de la enseñanza.

1 comentario:

  1. Qué tal Marisol, concuerdo con respecto a la idea de que es importante el aspecto emocional en el aprendizaje, pero hay que tener presente el justo medio como decían los griegos, un punto medio entre lo apolíneo y lo dionisíaco, es decir, ni tan estrictamente racional-frío-calculador, ni tan emocional-sensible.
    Saludos...Tikán.

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